domingo, 28 de octubre de 2007

////osis anónima...

Hace poco; hoy; alguno ha dejado un mensaje anónimo sobre los oficios terrestres del famoso cohabitar. Mi estómago se revuelve, ah! cuanta torpeza...

Quizás por ya no hacerle caso a un psiquiatra, mi alma transite esas banquinas difíciles, viendo como pasan los autos a ciento cuarenta sin saber que la muerte los espera; la espalda ya no duele tanto a pesar de la mochila y el sol me pega en la frente que ya empieza a sudar; un tatuaje que cambia su forma me tiene inquieto; entonces me doy cuenta que ningun auto nunca va a parar. De repente me despierto: es todo una metáfora.

Eso que ahora se ofrece como un show: la convivencia, en mi caso no podría funcionar. Disto tanto de cualquier paradigma televisable! A veces a uno lo entristece estar rodeados de psicopatas no tan diagnósticados que se hace dificil tener la cabeza afilada. Pero si a tantos les importa tan poco... cuál es el sentido de la vida sino un constante sobrevivir esquivándolos y consagrarse como un bello y empalagoso fracasado que no conoce otro éxito que el sobre vivir, que no conoce otro exito que el vivir escapándole a la muerte condensada, por ejemplo, en notitas anónimas?esquivándonos, esa es la sobre vida- porque si hay vida, qué es? esto es más o es menos? cuanto tiempo tu vida es menos que la vida? cuánto tiempo tu vida es más que la vida?

Tolerar: eso que todavía nadie hace.

Voltaire: eso que nunca existió; ese cuarto, esa pared...

Dejar preguntas anónimas sobre las obligaciones del otro: claro signo de la debilidad de la palabra, del miedo que para ser negado pide más miedo, más miedo...

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