viernes, 2 de febrero de 2007

Algo de hace un par de años...

Me voy a la plaza a tomar aire, a mover piernas de madrugada. Ella se quedó dormida y yo que todavía no me acostumbro a dormir bien con otra persona. El 55 aúlla escapándose por el empedrado. Por momentos esta nublado, entonces uno piensa que en cualquier momento empieza la lluvia. La quietud antes de la tormenta: algunos pájaros ya cantan, el aire se detiene y los sonidos viajan mas nítidos por el espacio. Por momentos sale el sol, entonces el invierno en Buenos Aires y también esos vapores que salen cuando el sol estival calienta el rocío de la plaza me hacen pensar en algún viaje que ya olvidé.

Un cartonero pasa con el carro lleno, para enfrente mío y saca una petaca de algún destilado. Le pega un trago, me mira, se apresta a continuar. Pero antes le pido un trago y sonríe –le faltan dos dientes-, me acerco, ¿qué es?; me responde: “una Grapa buenita”. Lo saludo con un bendición mística de las ocho de la mañana y sabemos que la vida es demasiado complicada para vivirla sin esos detalles, nosotros: dos seres que comparten un trago de fuego en la inmensidad desolada del infinito.

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