martes, 10 de julio de 2007

Un corte en la inmensidad de mi ceja.

El domingo fue un dia dificil, me corte una ceja con el marco de una puerta, en el marco de una gran pelea con Joaquin: mejor no hablar de lo insignificante, que no significa, ni siquiera nada. Me tome un taxi haciendo pucherito (tremendo grandulon). El taxista, de fierro, me pregunta "a donde", "al hospital italiano", le digo. Me parece que me miraba lastimosamente por el espejo retrovisor. Llego al hospital -corte Duro de matar, todo sucio con sangre y con la ceja abierta- me atienden. Cae un residente. No se porque pero siempre me atienden residentes inexpertos. Le dije lo que me tenia que hacer: "pongame un par de puntos, Doc". Un solo punto fue suficiente. Sali del hospital, me compre una cerveza y cortado, cosido, curado me fui a comprar marihuana al Abasto. Caigo a "lo del Gordo Luis", toco el bretim, sale un peruano deforme, "que queres", y yo con la ceja cortada, etc., etc. Lo llamo a Conti, caigo a la casa, un par de churros, el partido -Riquelme Torero!-, vuelvo a Volta, me voy a dormir. Chau fiesta.

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